Naturaleza Artificial es un proyecto que comprende una serie de esculturas desarrolladas en papel Tyvek (material 100% reciclable) y resina.

Frente a la destrucción evidente de la Naturaleza, aparecen nuevas formas de resistencia en las que se involucran humanos y no humanos. La tierra que habitamos ya no es sólo un bien a preservar, sino un escenario para aprender y desplegar una nueva inteligencia vincular.

Necesitamos miradas más raras – dice Chus MartÍnez – olvidar los bordes de lo humano y no humano.

Mientras continuemos viendo a la Naturaleza como ese otro lugar en el mundo que queda fuera de las ciudades y de nosotros mismos, no podremos llegar a comprender qué está pasando con la devastación de nuestros bosques naturales, las inundaciones que nos devuelven el agua que los suelos de los monocultivos ya no pueden absorber, la sequía y los nuevos desiertos, las mutaciones genéticas humanas, animales y vegetales, entre otras cuestiones.

Empezamos a comprender que las causas de los cambios climáticos y modificaciones de la tierra responden a intereses económicos concretos y no como consecuencia de la humanidad en su conjunto. Sólo si nos asumimos como parte integrante e indisoluble de todo lo que nos rodea, podremos razonar nuestro presente e imaginar un futuro posible para el hombre.

El arte, como nunca antes, tiene un papel decisivo en esta toma de conciencia y un rol protagónico en este giro epistemológico. El arte puede generar correlatos sensibles, ampliar nuestros límites humanos en la capacidad de sentir y de amar e interpelarnos desde otro lugar.