La Serie ‘Torres de Marfil’ (2019), se adscribe en mis recientes investigaciones enmarcadas en el contexto de la relación de los humanos con la naturaleza. En esta producción escultórica, el entorno natural es el protagonista central, en el desarrollo de narrativas históricas y contemporáneas donde se abordan las preocupaciones sociales y políticas actuales vinculadas a la justicia ambiental, el cambio climático y la sostenibilidad.

Frente a la destrucción evidente de la Naturaleza, aparecen nuevas formas de resistencia en las que se involucran humanos y no humanos. La tierra que habitamos ya no es sólo un bien a preservar, sino un escenario para aprender y desplegar una nueva inteligencia vincular.

Mientras continuemos viendo a la Naturaleza como ese otro lugar en el mundo que queda fuera de las ciudades y de nosotros mismos, no podremos llegar a comprender qué está pasando con la devastación de nuestros bosques naturales, las inundaciones que nos devuelven el agua que los suelos de los monocultivos ya no pueden absorber, la sequía y los nuevos desiertos, las mutaciones genéticas humanas, animales y vegetales, entre otras cuestiones.

Considero que el arte, como nunca antes, tiene un papel decisivo en esta toma de conciencia y un rol protagónico en este giro epistemológico. El arte puede generar correlatos sensibles, ampliar nuestros límites humanos en la capacidad de sentir y de amar e interpelarnos desde otro lugar.

‘Torres de Marfil’ indaga en las mitologías del exotismo durante los siglos de exploración de América y Asia, fragmentos de historia cuando se amplía el ámbito del coleccionismo a todo tipo de objetos admirables, raros y valiosos en un contexto de usurpación geográfica, pero también de reflexión sobre el entorno natural desde una mirada romántica y humanista.

En el siglo XVII llegaron desde Coburgo a manos de los Medici en Florencia- como parte de un botín de guerra- unas extrañas piezas en forma de cálices de marfil torneado. A primera vista las piezas cautivaban por su belleza, pero inmediatamente aparece detrás de su magnetismo la sanguinaria aniquilación de elefantes, necesaria para construir estas obras, solo para deleite del Duque y algunos cortesanos.

‘Torres de Marfil’ se encuentra dedicada a la memoria de un brevísimo recorte de la historia de la humanidad, pero como muestra del comportamiento del hombre con respecto a la naturaleza a lo largo de los siglos, alcanza y sobra.

Estas piezas inspiradas en aquellas Turris Eburnea fueron realizadas a mano con hilos de ácido poliláctico (PLA), un material totalmente biodegradable, extraído de la fermentación de la caña de azúcar y la remolacha azucarera.